jueves, 15 de diciembre de 2011

La obesidad nunca duerme.

Ayer miércoles 14 de diciembre, la SEEDO (Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad) celebraba la XVI edición del Día de la Persona Obesa. Este año y bajo el lema que da título a mi entrada, nos explicaban cómo no dormir el tiempo suficiente puede provocar obesidad. Personalmente, no he querido desaprovechar la oportunidad de informarme más sobre el tema y explicaros aquí cuales son los mecanismos que se establecen en esta relación - falta de sueño y obesidad-.

Todos sabemos que el sueño es una parte esencial de la vida, ya que durante el mismo se llevan a cabo importantes procesos fisiológicos de reparación y crecimiento metabólico y  se consolidan aspectos como la memoria y el aprendizaje. También somos conscientes de que nuestra rutina de vida nos impide muchas veces dormir el tiempo suficiente o lo que es lo mismo, no tener un sueño de calidad e interrumpido varias veces durante la noche. Pues bien, estudios recientes demuestran que dormir menos de 7 horas diarias de forma continua puede tener consecuencias negativas para nuestro organismo.

Estos estudios demuestran que la falta de sueño se relaciona con un aumento de la prevalencia de obesidad y diabetes ya que al no dormir un tiempo suficiente se alteran el metabolismo de la glucosa y el metabolismo energético y aumenta el apetito.

Estas alteraciones metabólicas son consecuencia de una alteración hormonal. Aunque los mecanismos no están del todo definidos, quiero destacar dos hormonas como culpables en gran medida de estos desequilibrios. Una de ellas es el cortisol - ya hablé de ella en mi anterior entrada-. La falta de sueño produce una situación de estrés que estimula la producción de esta hormona  favoreciendo la  hiperglucemia, aumento del apetito y la obesidad abdominal (ver la entrada anterior para conocer mejor cómo funciona esta hormona).Otra hormona con un papel fundamental en esta situación es la hormona orexina. Aunque falta saber más para conocer cómo funciona esta hormona, los estudios actuales sugieren dos cosas relevantes. La primera es que esta hormona se activa fácilmente en situaciones de estrés, y la segunda es que la activación de orexina influye a su vez en otras hormonas que controlan el apetito, aumentando la producción de grelina,entre otras. La grelina aumenta la sensación de apetito (ver la entrada "El efecto yoyo" para saber más sobre el funcionamineto de esta hormona).

En estos estudios se observó que en las personas que fueron privadas de sueño los niveles de grelina habían aumentado un 28% más respecto al grupo de individuos que había dormido nueve horas. Además estos sujetos manifestaron sentirse más hambrientos y que preferían comer alimentos ricos en hidratos de carbono (pan, galletas y dulces) antes que frutas, verduras y proteínas.

Además de estas alteraciones hormonales causantes de desequilibrios metabólicos internos, también podemos observar consecuencias más evidentes que se producen cuando no dormimos suficiente; nuestro humor se resiente, estamos más cansados, nuestro rendimiento intelectual baja y también disminuye nuestro rendimiento físico. Todo esto nos lleva a ser más sedentarios, por lo que el gasto calórico también es más bajo.

Para finalizar, si se quiere evitar la obesidad, no hay que olvidar añadir a la lista de recomendaciones a seguir (alimentación adecuada, ejercicio, etc..) la de dormir al menos 8 horas diarias.




Os dejo el link donde podréis encontrar más información: http://www.seedo.es/Obesidadysalud/XVIDiapersonaobesa/tabid/241/Default.aspx

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