miércoles, 16 de noviembre de 2011

Más consecuencias de la crisis económica

Es el tema de moda. Todo el mundo habla de ella, todo el mundo tiene una opinión y es por eso que tampoco podía faltar una entrada dedicada a esta famosa crisis en mi blog. Las consecuencias a nivel social de la crisis son conocidas (y a veces sufridas) por la mayoría: desempleo, problemas económicos, menos servicios en sanidad y educación, privatización de entidades, menos recursos en investigación e innovación, menos productividad.... la lista podría ser muy larga. Pero ¿cómo afecta la crisis a nivel individual?, ¿está preparado nuestro cuerpo para esta situación?

Si miramos a nivel individual, esta crisis está aumentando el número de personas con depresión, ansiedad, agresividad, nivel de autoestima bajo , temor... ¿esto se debe a la situación actual o es una respuesta de nuestro organismo?  Desgraciadamente, esta situación que llevamos viviendo desde hace bastantes meses ya, provoca respuestas en nuestro organismo que no hacen sino alargar la lista de consecuencias negativas que ya conocemos.

A nivel interno, estos nervios, ansiedad, temor etc, hacen que aumente el nivel de estrés en nuestro cuerpo. El estrés en cierta medida es bueno, pues pone en marcha mecanismos que nos ayudan a salvar situaciones difíciles, nos abastece de energía para que el cuerpo pueda hacer frente a esta situación y rebaja nuestra percepción del dolor para poder actuar. No obstante, un nivel de estrés continuado deja ya de ofrecer sus beneficios y nos produce cambios corporales perjudiciales. El cortisol es la hormona responsable de todos estos cambios.

El cortisol se produce en las glándulas suprarenales a partir del colesterol en respuesta a una situación de estrés. Es la hormona glucocorticoide más importante. Se segrega durante la mañana después de despertarnos y al atardecer - dos situaciones estresantes para nosotros, la primera de sobras conocida y la segunda, debido a factores evolutivos-. La regulación de la síntesis de cortisol la lleva a cabo otra hormona denominada corticotropina, segregada en la hipófisis. Cuando nos encontramos ante una situación de estrés - físico o psíquico-, miedo, dolor o cansancio, aumentan los niveles de hormona corticotropina y esto produce que la secreción de cortisol aumente. Su beneficio más conocido es el de actuar como antiinflamatorio, ya que impide la liberación de sustancias que causan inflamación, no obstante, su secreción continua produce efectos indeseados.

A la larga, este exceso de cortisol produce debilidad en el sistema inmunitario evitando la proliferación de linfocitos imprescindibles para la respuesta inmunitaria. Esto nos hace más susceptibles a la hora de sufrir algunas enfermedades.

Además, reduce la absorción de calcio a nivel intestinal afectando esto al metabolismo óseo y favoreciendo la osteoporosis. También provoca un aumento de la tensión arterial debido a que evita la pérdida de agua y de sodio a nivel renal.

A nivel metabólico, induce a un estado de catabolismo general en la que hay destrucción de grasas y proteínas para formar glucosa. Con esto, la consecuencia es una hiperglucemia constante. También aumenta la sensación de apetito y su concentración elevada favorece la obesidad.

A parte de todo lo mencionado, la situación se agrava continuamente pues, como este nivel de estrés no disminuye, el cuerpo sigue aumentando la secreción de cortisol. En un principio, este cortisol se encuentra en su forma inactiva y es necesaria una enzima para transformarlo en la forma activa. Esta enzima se encuentra mayoritariamente en el tejido adiposo visceral. Es por eso que, además de todas las consecuencias negativas mencionadas, se produce también una mayor acumulación de grasa visceral. La grasa localizada en esta zona (zona del abdomen que recubre los órganos vitales) es la más peligrosa pues su exceso impide un correcto funcionamiento de hígado, corazón, páncreas,etc..


Estamos frente a una situación difícil, pero también encontramos todas estas respuestas cuando la situación es contraria, cuando vamos muy agobiados por la cantidad de trabajo y/o tareas que debemos realizar durante el día. En situaciones desfavorables es bueno no sumar más problemas a los que ya tenemos es por eso que este refrán popular me viene de perlas con lo que quiero transmitir, ahora más que nunca: AL MAL TIEMPO, BUENA CARA!


jueves, 10 de noviembre de 2011

Nutrientes para fabricar glóbulos rojos.

El mundo del deporte se vuelve cada vez más competitivo, no solo en la élite, lo vemos a cualquier nivel. Por una lado, los deportistas profesionales se rodean de un equipo médico que se encarga de investigar sobre los nuevos avances en medicina deportiva y aplicarlos a los atletas en cuestión, por el otro, los atletas de un nivel inferior no paran de buscar información, leer y preguntar sobre las pautas que siguen los primeros e imitarlos en cuanto a sistemas de entrenamiento y fórmulas de nutrición se refiere. En todo este contexto, palabras como hematocrito, nivel de glóbulos rojos en sangre, suplementos de hierro,etc, no le suenan a casi nadie desconocidas.

Efectivamente, el aumento de células que transportan oxígeno por la sangre a los tejidos - o lo que es lo mismo, aumento de eritrocitos o glóbulos rojos-, ha sido uno de los recursos más empleados por todos los deportistas para aumentar su rendimiento, des de la toma de suplementos de dosis muy elevadas hasta incurrir a hacer trampas o incluso hasta a pagar un precio demasiado caro para obtener ese éxito, la muerte. En esta entrada, intentaré aclarar cual es el proceso de formación de los glóbulos rojos y qué nutrientes juegan un papel determinante en su síntesis.

La vida media de un eritrocito es de 120 días, es por eso que este tipo de células necesitan una renovación continua para mantener unos niveles en sangre constantes. El proceso de síntesis de los glóbulos rojos tiene lugar en la médula osea, dura aproximadamente de 5 a 7 días y esta regulado básicamente por la hormona eritropoyetina. Este proceso se inicia a partir de las células madre presentes en la médula ósea, las cuales se van diferenciando, madurando y multiplicando hacia las distintas células sanguíneas (glóbulos rojos, y también limfocitos). Hasta llegar al eritrocito final tal y como lo conocemos, han existido seis tipos diferentes de células previas que han ido perdiendo e incorporando diferente material hasta convertirse en eritrocito.

Para llegar a este glóbulo rojo final, se necesitan una serie de nutrientes imprescindibles por muchos conocidos pero no así el papel que los mismos desempeñan. Siguiendo el mismo orden de síntesis, los primeros nutrientes que necesitamos son ácido fólico (o vitamina B9) y cianocobalamina ( vitamina B12). Estas dos vitaminas son esenciales en la replicación del ADN y por tanto en la división y crecimiento celular. Como ya he comentado, en la médula ósea es donde se da el proceso de síntesis de todas las células sanguíneas, y además ésta proceso debe ser constante, es por eso que un buen aporte de vitaminas B9 y B12 permite esta adecuada renovación de células.

Por otro lado, en una de las fases de maduración y diferenciación de lo que será el eritrocito, se incorpora la molécula de hemoglobina. Para la síntesis de hemoglobina necesitamos un buen aporte de proteínas y ácido fólico. También es necesaria la piridoxina (vitamina B6), que actúa como cofactor de una enzima encargada de la síntesis de una molécula precusora de la hemoglobina. Importante también es que a la molécula de hemoglobina no le falte el hierro, lugar de unión con el oxígeno. En el metabolismo del hierro además intevienen el ácido ascórbico (vitamina C) y el cobre, ambos facilitan su absorción y transporte.

Por último, también se precisa vitamina E, ya que esta vitamina aporta resistencia a las membranas de los glóbulos rojos evitando así su destrucción por aplastamiento. 

Como se observa son varios los nutrientes que intervienen en la formación de los eritrocitos. La falta de uno o más de ellos nos puede llevar a anemias y disminución del rendimiento, pero lo que a muchos interesa es la respuesta a la pregunta contraria, ¿ más ingesta de estos nutrientes se traduce en mayor sínsetis de glóbulos rojos? y ¿dónde estaría el límite?

Hay que aclarar primero que aún se desconocen muchos de los pasos del proceso de formación de los glóbulos rojos y por tanto no se puede obtener una respuesta clara a esta pregunta, tampoco leyendo varias fuentes de bibliografia he encontrado una respuesta definitiva, es por eso que daré mi opinión personal, basada en mis conociemientos limitados sobre el tema. Creo que quizás con un mayor aporte de estos nutrientes sí se consiga mayor producción de glóbulos rojos pero hasta cierto punto. Por un lado por que es verdad que los deportistas en general ven sus demanadas aumentadas y por que muchas veces la  alimenatción no es del todo equilibrada como debería serlo. Sin embargo, creo que hay factores que limitan este proceso y que evitan que haya una mayor producción de glóbulos rojos. Primero hayq eu tener en cuenta de las necesidades de oxígeno del cuerpo, éste es el primer paso para que se inicie una mayor producción de eritropoyetina y ésta estimule la producción de glóbulos rojos. Por eso en condiciones de hipoxia sí hay ese mayor producción de células rojas. Por otro lado, no se pueden fabricar células sanguíneas sin ningún control, pues esto afectaría a la viscosidad de la sangre dando lugar a la formación de trombos. Por tanto, este es un factor determinante que depende de la génetica de cada persona. Además, la mayoría de vitaminas implicadas en el proceso son vitaminas hidrosolubles, las cuales no se acumulan en el cuerpo a grandes dosis, sino que el cuerpo coge diariamente lo que necesita y el resto es eliminado por la orina. Esto significa que por mucho que consumamos más de estos nutrientes, no vamos a acumular más, lo único que haremos será hacer trabajar más a nuestro hígado y riñón para eliminar el excedente.

Sé que me hallo ante un tema controvertido, pues yo misma como ex-atleta he vivido esta situación des de el punto de vista de un deportista. También he visto que suplementos me iban bien y cuales no, y entre ellos me quedo solo con el suplemento de hierro, ya que es con el único que he visto una relación clara en mis analíticas. Espero que aquellos que leáis esta entrada, aportéis también vuestra expericencia u opinión al respecto.