lunes, 28 de febrero de 2011

La Dieta Mediterranea es Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.

Esta semana voy a hacer una entrada más cultural hablando de este tipo de alimentación típica de los países situados en la cuenca mediterránea. Como digo en mi título, el pasado 16 de noviembre del 2010, la dieta mediterránea fue nombrada patrimonio cultural inmaterial de la humanidad. Este nombramiento significa un reconocimiento a nivel mundial de este tipo de alimentación que se ha ido transmitiendo de generación en generación y que es una señal de identidad de los países mediterráneos.

La dieta mediterránea es alabada actualmente por médicos y profesionales de la nutrición en todo el mundo por sus beneficios sobre la salud y por disminuir el riesgo de sufrir determinadas enfermedades que están adquiriendo cifras alarmantes en los últimos años (obesidad, diabetes, hipercolesterolemia y enfermedades del corazón). No obstante, los expertos señalan que no solo se limita a unos hábitos alimentarios sino a una forma de vivir y de entender la vida. Aparte de sus beneficios saludables, está el hecho de considerar el acto de comer como el momento idóneo para el desarrollo de las relaciones familiares y sociales. Además, seguir este tipo de alimentación es una garantía del mantenimiento del equilibrio entre la producción agraria y persquera con la naturaleza, la conservación del paisaje y del medio ambiente.

Las primeras referencias que encontramos respecto a los beneficios de la dieta mediterránea los encontramos en los años 50 y más concretamente en la isla de Creta, donde se observó que sus habitantes tenían una tasa de mortalidad por enfermedad coronaria muy baja.

En los años posteriores, conociendo este dato, el doctor norteamericano Ancel Keys, llevó a cabo el denominado "Estudio de los siete países" en el que se estudiaba la relación entre los hábitos alimentarios y la prevalencia de enfermedad coronaria.  Las poblaciones elegidas para el estudio fueron las de Estados Unidos, Japón, Finlandia, Holanda, Yugoslavia, Grecia e Italia. Nuevamente se observó que los habitantes del sur de Italia y Grecia eran los que tenían menor tasa de enfermedad coronaria y mayor expectativa de vida. En el extremo opuesto se encontraba Finlandia y Estados Unidos se encontraba en una posición intermedia.

En la actualidad y debido en parte al proceso de globalización en el que nos encontramos metidos, las evidencias muestran como nos hemos ido alejando del patrón original en el cual se basa la dieta mediterránea para adoptar nuevos hábitos - alimentarios, sedentarismo, sociales (tabaco, alcohol)...- que repercuten negativamente en nuestra salud. Lo más alarmante sin embargo es ver los síntomas de este alejamiento en los más jóvenes: niños con obesidades importantes, con colesterol alto, con diabetes tipo 2... Enfermedades que años atrás no se veían en este grupo de la población.

Por todo lo escrito y por que algunas veces no es malo volver a los orígenes aquí os recuerdo el patrón de la dieta mediterránea:
  • Utilizar el aceite de oliva como grasa principal.
  • Consumir alimentos de origen vegetal en abundancia: frutas, verduras, legumbres y frutos secos.
  • El pan y los alimentos procedentes de los cereales - especialmente los integrales- deberían formar parte de nuestra alimentación diaria.
  • Los alimentos frescos, de temporada y poco procesados son los más adecuados.
  • Consumir diariamente productos lácteos.
  • La carne roja se debe consumir con moderación.
  • Consumir pescado en abundancia y huevos con moderación.
  • La fruta fresca debería ser el postre habitual.
  • Beber agua como bebida principal durante todo el día y vino con moderación.
  • Realizar actividad física todos los días. 

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