La nutrición es una ciencia joven que avanza rápidamente. Durante la corta trayectoria de esta ciencia se han dado recomendaciones que luego han tenido que corregirse conforme nuevos estudios iban aportando nuevos datos. Un claro ejemplo de esto está en la grasa, hace unos años se recomendaba disminuir la grasa total de la dieta. Hoy sabemos qué grasas debemos potenciar y cuales reducir. El huevo también es un alimento que ganó mala fama y sin embargo ahora queremos aumentar su consumo.
Todos estos cambios han provocado que la gente esté confusa, que no sepa qué fuentes debe escuchar ni qué pautas debe seguir. También ha provocado que la figura del dietista no goce de la buena reputación que debe y que no esté consolidada su figura dentro del sistema sanitario.
Pues bien, nos encontramos nuevamente ante las puertas de más avances que pueden volver hacernos cambiar cosas que hoy por hoy damos por seguras. Se trata de la nutrigenómica, una nueva rama de la nutrición que abre nuevas posibilidades y nos acerca a un mejor entendimiento de la nutrición a nivel individual. La nutrigenómica estudia el efecto que los nutrientes y los demás componentes alimentarios tienen sobre los genes. Su objetivo sería la nutrición perfecta.
Puesto que no todos los individuos somos iguales, está claro que unas recomendaciones dietéticas generales como hasta ahora estamos dando pueden no afectar de la misma manera a todos, de hecho, seguir unas mismas pautas puede aportar a una persona salud y a otra enfermedad. Esto es así a causa de nuestro código genético diferente. La nutrigenómica trata por tanto de esclarecer la relación entre nutrientes y genes para poder ofrecer unas pautas nutricionales individualizadas según este código genético único a cada individuo.
Sabemos que el entorno en el que vivimos influye sobre los cambios genéticos que se producen y nos ayudan a adaptarnos mejor a este entorno. En este sentido, la alimentación que seguimos aporta información de nuestro entorno a nuestro código genético y esto provoca que algunos genes se expresen y otros no, contribuyendo de esta manera a una mejor adaptación al lugar donde vivimos.
De la misma manera que ocurrió con la lactosa, también otros nutrientes desempeñan un papel importante en la expresión de algunos genes. Actualmente, las investigaciones en este campo se centran mayoritariamente en el estudio de la forma con la que las grasas alimentarias modulan las concentraciones plasmáticas de lípidos y qué genes están implicados. Con esto se quiere conseguir aportar más información para el tratamiento de la obesidad y las enfermedades cerebrovasculares que tanta prevalencia tienen en nuestra sociedad.
Así pues nos encontramos ante nuevos retos y nuevos caminos. Parece ser que el futuro pasa por tener cada uno su propia targeta genética con la que sistemas especializados prodrán detectar las particularidades del genoma de cada persona y a partir de esto dar unas recomendaciones nutricionales para favorecer un estado de salud. De una manera sencilla, gracias a los avances de la nutrigenómica, podremos saber qué alimentos aumentan la expresión de nuestros "genes de salud" y disminuyen nuestros "genes de enfermedad". Esto no obstante, va a ir acompañado también de un cambio de mentalidad en la que cada persona deberá responsabilizarse individualmente de su alimentación. Habrá que estar atentento a cómo evolucionan los estudios y ver qué nos depara el futuro.
Os dejo este vídeo para saber más sobre este tema, de la mano de uno de los investigadores en nutrigenómica más impotantes:
Un ejemplo de esta interacción entre nutrientes y genes es la tolerancia a la lactosa que se ha desarrollado en la mayoría de población europea y sin embargo, desaparece después de la infancia en otras partes del mundo, en Asia por ejemplo. Cuando se empezó a domesticar el ganado y se empezó a consumir su carne y su leche, se produjo una mutación en algunos individuos de manera que el gen de la lactasa (la enzima que digiere la lactosa) permanecia activado en la edad adulta. Esto supuso una gran ventaja y estas personas conseguían un mejor estado nutricional y por tanto una mejor adaptación al entorno y menos riesgo de enfermedades. Al ser una mutación positiva, ésta ha seguido persistiendo de generación en generación de manera que aún hoy en día se sigue sucediendo su transmisión de padres a hijos.
De la misma manera que ocurrió con la lactosa, también otros nutrientes desempeñan un papel importante en la expresión de algunos genes. Actualmente, las investigaciones en este campo se centran mayoritariamente en el estudio de la forma con la que las grasas alimentarias modulan las concentraciones plasmáticas de lípidos y qué genes están implicados. Con esto se quiere conseguir aportar más información para el tratamiento de la obesidad y las enfermedades cerebrovasculares que tanta prevalencia tienen en nuestra sociedad.
Así pues nos encontramos ante nuevos retos y nuevos caminos. Parece ser que el futuro pasa por tener cada uno su propia targeta genética con la que sistemas especializados prodrán detectar las particularidades del genoma de cada persona y a partir de esto dar unas recomendaciones nutricionales para favorecer un estado de salud. De una manera sencilla, gracias a los avances de la nutrigenómica, podremos saber qué alimentos aumentan la expresión de nuestros "genes de salud" y disminuyen nuestros "genes de enfermedad". Esto no obstante, va a ir acompañado también de un cambio de mentalidad en la que cada persona deberá responsabilizarse individualmente de su alimentación. Habrá que estar atentento a cómo evolucionan los estudios y ver qué nos depara el futuro.
Os dejo este vídeo para saber más sobre este tema, de la mano de uno de los investigadores en nutrigenómica más impotantes:
Hola Nuria! Muy interesante tu perspectiva sobre el tema. Trabajo en la editorial Librooks, que ha lanzado el libro Nutrigenómica y Nutrigenética. Hacia la nutrición personalizada, una obra que presenta los últimos avances y tendencias en nutrigenómica, sus potenciales aplicaciones a la prescripción de dietas más personalizadas y las revolucionarias perspectivas que ofrece a la nutrición del futuro. Esperando que sea de tu interés, te indico el microsite que mantenemos con materiales complementarios al libro: http://nutrigenomica.librooks.es. Un saludo! Marina
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